La otra cultura material: Arqueología de los efímeros. El caso del yacimiento cabezuelas en la Font de la Figuera (Valencia - España)

  • Valero Tévar, Miguel Ángel (Universidad de Castilla - La Mancha)
Resumen

La arqueología fundamenta sus investigaciones a través del análisis de la cultura material para obtener una comprensión de la vida cotidiana de las diversas culturas pretéritas y la tendencia general de la historia humana. Tradicionalmente la cultura material estudiada se circunscribe a los artefactos perecederos de un tiempo y lugar determinado: cerámica, metal, piedra, vidrio, etc. Sin embargo, los materiales orgánicos, con una vida perecedera forman parte de la vida cotidiana, y en las sociedades protohistóricas o clásicas su presencia sería abrumadora: construcciones en tierra, edificaciones lígneas, mobiliario de madera, cuero, cestería, tejidos, etc. Estos materiales rara vez son localizados y analizados debido a su carácter efímero dada su dificultad a la
hora de conservarse. Con todo, formaban parte consustancial del día a día de los hombres y mujeres de las culturas pasadas y hacían que su existencia fuese más confortable. Esta laguna en la investigación ha sido la tónica común en la Península Ibérica debido fundamentalmente a las malas condiciones de conservación de este tipo de materiales en ambientes anaeróbicos con exceso de humedad, como son los representados en España. Pero en ocasiones, circunstancias sobrevenidas permiten un cambio en esas condiciones de conservación y facilitan que en determinados yacimientos se den los ambientes óptimos para mantener diversos artefactos y elementos de la arqueología efímera. Así ha ocurrido en el poblado protohistórico de Les Cabeçoles (Valencia, España) que tras ser incendiado, se ha conservado la arquitectura de tierra y madera, los elementos de cestería, las semillas que evidencian su alimentación, etc. Todo ello, además de los artefactos de cerámica, piedra y bronce. La suma de todos los elementos permite recomponer de manera global la vida cotidiana de las gentes que habitaron un poblado hace 3.800 años, lo cual resulta de trascendental importancia para la investigación sobre la Edad del Bronce.